Es cursioso cuando llegas de noche a Rwanda no se ven muchas luces, mas bien parece que estés aterrizando en el mar, de lo oscuro que está. Pero al llegar la alegría y las sonrisas de las hermanas esperando en la puerta del aeropuerto iluminan todo .Cómo siempre la bienvenida a este país es maravillosa. Una se siente en su casa.Hoy hemos preparado el planning del mes y viajaré por todo el país para compartir con las otras comunidades y ver el avance de los proyectos.
Estoy segura que hubo cantos y danzas… La alegría rwandesa, el «bienvenue, bienvenue»… La emoción que recorre tu cuerpo, los abrazos sinceros, la alegría del reencuentro…
Nos alegra saber que ya estás allá y poder compartirlo contigo a través de este blog. GRACIAS por contarnos.
Te pesaba la maleta?? Seguro, porque íbamos contigo!!!
Ah, es verdad lo de la oscuridad que dices. Seguro que al amanecer el domingo, ya todo se llenó de LUZ, esa luz tremenda que llena las calles y la vida en Kigali.
Un fuerte abrazo,
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Que importante es la luz para no perderse, para no tener miedo, para reconocer a los otros, para mirar a los ojos, para no tropezar, para sentir el calor, para vivir con esperanza… Todo eso deseo para tu viaje, para tu tarea, para tu experiencia. Que la luz que te dan la guardes y podamos compartirla aquí en tu regreso… Luz de miradas que penetran el corazón, luz de futuro que entre todos se puede hacer realidad, luz de palabras que transforman y remueven por dentro… Luz compartida y luz entregada… la tuya, la de ellos, la de Él. Un abrazo.
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